Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historiografía dominicana 60 Otro problema reside en la relación que se produce en todo análisis en- tre el componente técnico del discurso y el de sus sentidos ideológicos. El énfasis en los aspectos profesionales, sobre todo la erudición, es propio de los historiadores académicos. En una propuesta alternativa, estos temas se introducen en la medida en que son necesarios para lograr la intelección del contenido intelectual, el cual confiere relevancia a la disciplina en su impacto en el discurrir de las colectividades. E tapas Para especificar estos presupuestos, en primer término habría que estable- cer una periodización de las etapas de la producción historiográfica, a fin de visualizar su conexión con el contexto histórico. Los índices de los tomos de la Historia general del pueblo dominicano ponen de relieve la conexión del proceso histórico y las etapas que se proponen para la acción de los historiadores. Es decir, se utilizará una clasificación de las expresiones que atiende a la relación entre la realidad social y las orientaciones de los autores y corrientes. Hasta ahora se han hecho escasas formulaciones acerca del particular. Acaso la clasificación más acabada es la de Juan Isidro Jimenes Grullón, quien dividió la historiografía dominicana en cuatro corrientes: tradicional, nove- lesca, erudita y científica. 1 No se refieren a etapas temporales, sino a formu- laciones que persisten por periodos prolongados y coexisten con otras. La tradicional es caracterizada por su formato narrativo y sus posturas reaccio- narias, y es de existencia consuetudinaria. La novelesca oscila entre narrativa de ficción y discurso histórico; fue iniciada por Manuel de Jesús Galván, en la segunda mitad del xix y se prolonga hasta las obras de contemporáneos, como Pedro Troncoso Sánchez. Jimenes Grullón estima que la novelesca no pasa de ser una reelaboración de la tradicional. En cuanto a la erudita, no propone con claridad un momento de génesis, pero se puede entender que la caracteriza por la sustentación en fuentes, como había sido propio de los escritos de Emilio Rodríguez Demorizi y Vetilio Alfau Durán. Por último, la corriente científica es caracterizada por la adscripción al materialismo histó- rico y, salvo precedentes, constituyó una novedad posterior a la muerte de Trujillo, en 1961. Ahora no procede evaluar las virtudes o insuficiencias de la propuesta de Jimenes Grullón, sino aclarar que este capítulo apunta a diferenciar corrientes
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