Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
El contrabando y la decadencia de las relaciones de producción esclavistas 606 Un año después de aquella prohibición hubo un incremento en los pre- cios de los productos de primera necesidad superior al 30%. Dicho incremento afectaba especialmente a los artículos de mayor consumo, entre los cuales se encontraban el aceite, el vino y la harina. En 1550 la Corona dio otra moratoria de cuatro años para que los canarios pudieran seguir llevando sus mercade- rías a Santo Domingo con la condición de que el retorno fuera por Sevilla. El efecto de esta medida fue tan evidente que ese mismo año salieron hacia Sevilla más de 110,000 arrobas de azúcar y 50,000 cueros vacunos. 20 El tráfico de navíos fue tan intenso que desbordó la capacidad del prin- cipal embarcadero de la isla. Al ser un puerto fluvial, tenía una estrechez que limitaba las posibilidades para que entraran barcos con un tonelaje superior a las 400 toneladas. Por esta razón, las embarcaciones de mayor calado tenían que cargar y descargar en alta mar, lo que, además de encarecer el flete, au- mentaba el peligro de ataques de los corsarios que acechaban la navegación. Adicionalmente, los colonos buscaban deshacerse del control adminis- trativo que imponía la Corona. Sabían que la actividad comercial era más lucrativa por los otros puertos. Entre las ventajas que proporcionaban aque- llos lugares estaba el hecho de que las mercaderías no eran gravadas con los impuestos que se pagaban en Santo Domingo. Por otro lado, el contrabando se iba convirtiendo en la principal actividad comercial, sobre todo en la zona norte, cuyos puertos ofrecían mejores condiciones para la navegación. Resulta significativo que los mercaderes locales decidieran desviar la navegación hacia lugares menos seguros para sus barcos, pues el de Santo Domingo era el puerto que reunía más garantías debido a que las principales fortificaciones estaban en esta ciudad. 21 Precisamente iba ganando cuerpo la porción del comercio que se hacía con los corsarios y piratas que visitaban la zona occidental. Este tipo de comercio re- sultó igualmente ventajoso tanto para la población como para los capitales locales por los precios que pagaban por las mercaderías y la flexibilidad del mercado. El descontrol de la administración colonial afectó directamente a las re- caudaciones fiscales, tanto por los fraudes que se cometían como por la laxi- tud en el cobro de los impuestos, en especial el del almojarifazgo. Por ello la Corona decidió trasladar hacia el puerto de La Habana el punto de reunión de las embarcaciones que regresaban al viejo continente, quedando desplazada de este lugar la capital primada de América. 22 Una de las soluciones que consideraron las autoridades de la colonia para evitar dicho desplazamiento fue hacer obras en el río, ensanchándolo más para que los barcos de mayor tonelaje pudieran faenar sin tener que salir de aquel desembarcadero. En este sentido, el licenciado Alonso López
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