Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

El contrabando y la decadencia de las relaciones de producción esclavistas 608 La política aperturista diseñada por la Corona fue aprovechada por los comerciantes de Santo Domingo para pedir que, al igual que se había hecho con Galicia, se hiciera también con el condado de Flandes. Esta solicitud ni siquiera tuvo respuesta. Habría que señalar que desde la primera mitad del siglo xvi los flamencos ya arribaban a las costas dominicanas para vender sus productos y llevarse los géneros locales. Estos extranjeros utilizaban mecanismos disuasorios en los que también participaban la burocracia ofi- cial y los hombres de negocios de la colonia, e incluso hasta las autoridades eclesiásticas. 25 Junto a los flamencos también encontramos un número con- siderable de portugueses negociando de manera ilegal. Una de las tácticas empleadas por los lusitanos consistía en salir con destino a las islas Canarias desviando su ruta para Santo Domingo y demás islas antillanas. La negativa de los hombres de negocios radicados en Sevilla a flexibilizar el comercio atlántico se topó con la decisión de los empresarios locales de fortalecer el comercio de la región. La reacción de los andaluces fue la misma que en épocas anteriores. En 1580 volvieron a reducir la navegación y el tráfi- co de mercancías con destino a la colonia y de nuevo hubo una respuesta de parte de los productores locales, quienes volvieron a pedir que se renovaran las licencias de los comerciantes de Galicia y Canarias. En esta ocasión las autoridades locales no mostraron ninguna receptividad ante la solicitud. Los hacendados isleños acusaron directamente a los mercaderes sevillanos de ser los responsables de aquella crisis. Al respecto decían que: Al parecer que son los mercaderes de Sevilla los que tienen la culpa de ese estado del comercio ya que estos no quieren que vengan naos a la isla para controlar ellos el comercio. Que para remedio de esto basta con dar licencia a los de Galicia y Asturias y Vizcaya para que estos viniesen aquí fuera de flota y sin pasar por Sevilla. Esto se hacía pero estos comerciantes de Sevilla mandaron que no viniesen navíos a la isla fuera de flota si no fuera quince días des- pués de pasada la flota y después mandaron que no vinieran ni con flota ni sin ella. 26 La libertad de los mercaderes criollos para moverse en la zona fue denun- ciada ante los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla. Sin embargo, los argumentos utilizados fueron más técnicos que legales, pues acusaban a los maestres y capitanes de navíos americanos de no estar cualificados para navegar. 27 Estaba claro que desde mediados del siglo xvi los criollos de Santo Domingo habían afianzado su dominio sobre el comercio antillano.

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