Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 613 y rentas de vuestra majestad, porque menos frutos irán a Sevilla los vecinos de aquella banda que tienen sus haciendas y monterías en las comarcas de aquellos dos puertos reciben notable daño y es grande ocasión para tratar con portugueses y corsarios porque como están muy apartados del puerto de esta ciudad no pueden proveerse de las cosas necesarias de España si no les viene por aquellos puertos, y como los corsarios saben que están vedados acuden con ellos con los mantenimientos y así rescatan ordinariamente y se llevan los frutos. No sé el descargo que esta Audiencia dará pero yo téngolo por cosa dura. Doy aviso para que si en el entre tanto que va la visita vuestra majestad fuere servido que en todos los puertos se den registros li- bremente lo mande vuestra majestad proveer. 38 El florecimiento de la actividad comercial en los lugares costeros del norte y el oeste coincidió con la quiebra de la industria azucarera. Emergía un nuevo modelo productivo cuyo motor principal serían la ganadería y las sementeras de jengibre. Ambos géneros favorecieron el surgimiento de un pequeño y mediano campesinado. Para esa fecha, la sociedad estaba compuesta, en su gran mayoría, por criollos dedicados a variados negocios, fundamentalmente relacionados con la actividad agrícola. De acuerdo a lo antes indicado, una de las medidas adoptadas fue reconcen- trar las poblaciones costeras en el interior de la isla. Los primeros experimentos se hicieron con las villas Monte Cristi de y Puerto Real, reubicadas en la recién fundada villa de San Juan de Bayajá en 1580. Aunque los gobernadores de la colonia trataron de alejar a los vecinos de los pueblos costeros, no se ejerció nin- guna presión. Por el contrario, se les facilitaron las ayudas necesarias para que de forma voluntaria fueran a poblar los nuevos lugares. En esa zona la presencia de los lusitanos fue numerosa por los vínculos desarrollados en aquellos parajes, además de la pericia que tenían, tanto para el contrabando como en los rescates, aunque la mayoría se dedicaba al cultivo de la tierra y a la crianza de ganado. 40 La persona responsable de hacer aquel traslado fue Domingo de Huerta. Además de promover e incentivar a los vecinos para que abandonaran sus casas, se comprometió a llevar hasta cincuenta labradores castellanos casados y solteros. La única condición que tenían que aceptar era permanecer en la isla por un periodo inicial de ocho años en vez de los cinco que dictaban las ordenanzas de la ciudad. 41 Los pobladores que se trasladaron a Bayajá apenas superaban la treintena. A este primer grupo le construyeron 14 casas y posteriormente le fabricarían otras 20. Los nuevos pobladores en esa villa apenas duraron dos años, pues casi

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