Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
El contrabando y la decadencia de las relaciones de producción esclavistas 618 Siete meses antes de realizar las primeras medidas, el nuevo gobernador Osorio se dirigió en persona a la parte norte de la isla ofreciendo un perdón general para todos aquellos que estuvieran involucrados en el contrabando, ya fuera de manera directa o indirecta. 56 Igualmente quería comprobar si efectiva- mente, como le habían notificado, en la zona operaba una armada holandesa incitando a todos los vecinos de la banda del norte a la desobediencia civil ofreciéndoles defender con todo su poder, así por tierra como por mar, jurán- dole los dichos vecinos vasallaje . Refiere Osorio que al llegar a esos lugares halló la resistencia de los vecinos y comprobó la presencia de corsarios holandeses que los anima- ban a insurreccionarse. Si los extranjeros se disponían a prestar algún tipo de ayuda a los vecinos, era una muestra del arraigo que tenían entre ellos. Además de los holandeses, es de suponer que también ofrecieron su so- porte estratégico los franceses, portugueses e ingleses. Seguía relatando el gobernador que cuando llegó a dichos pueblos los encontró «haciendo casas, labranzas […] y rescatando a toda furia a más de treinta navíos de ene- migos que a la sazón tenían en sus puertos en los cuales habían tratado de fortificarse» . 5 7 Finalmente, después de comprobar la realidad, Osorio regresó a Santo Domingo con la idea de que las despoblaciones no podían dejar de ejecutarse. El gobernador estaba doblemente obligado a ello: por lo que había visto en su visita, y por las presiones que recibía por parte de los miembros del gremio de mercaderes de Sevilla. 58 Osorio se hallaba ante una disyuntiva: mientras era acicateado para realizar las Devastaciones, por otro lado sectores influyentes de Santo Domingo se oponían a tales medidas. La mayor dificultad le vino dada, sin embargo, cuando se produjo la muerte del arzobispoAgustín Dávila y Padilla. 59 El dignatario era, junto con el gobernador, la persona encargada de realizar dichas reducciones. Las ideas contrarias a las despoblaciones que tenía el prelado eran similares a las que habían manifestado los miembros del Cabildo de la ciudad y algunos oidores de la Real Audiencia. 60 A pesar de que todas las cartas e informes que durante décadas fueron enviados a la Península eran contrarios a las despoblaciones, la Corona optó por darles crédito a los memoriales redactados y llevados personalmente por Baltasar López de Castro, que según se dijo era un criollo de dudosa repu- tación. 61 Este fue el único funcionario que promovió e influyó para que se materializaran las Devastaciones. Estas fueron iniciadas en marzo de 1605 por decisión del gobernador Antonio Osorio, con el apoyo de López de Castro, posiblemente el más obcecado de los funcionarios de la Audiencia. 62
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