Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historiografía dominicana 64 antecedentes de la expansión española y sus procesos y hechos sobresalientes. No obstante su probidad, la exaltación de lo aborigen y la condena de la conquista lo llevaron con frecuencia a la hipérbole. De todas maneras, com- puso una obra de enorme relieve, concentrada en la veracidad del detalle y en la crítica de los contextos. Enmarcó los procesos en una dimensión religiosa y teleológica que no incidió en desmedro de su objetividad y espíritu crítico. Coexisten en él, por consiguiente, nociones provenientes del Medioevo, con notas de la perspectiva renacentista. Fernández de Oviedo, en la Historia general y natural de las Indias , redacta- da mientras se desempeñaba como alcaide de la Fortaleza de Santo Domingo, obró en todos los sentidos en contraposición con Las Casas. Glorificó la con- quista, a tono con su cometido de cronista oficial de la Corona, al tiempo que condenó por endemoniadas a las sociedades aborígenes. La conquista ganó así una justificación moral y religiosa. Aunque condicionado por un impera- tivo de denostar a la sociedad aborigen, desplegó talento en la descripción y la explicación. Ambos muestran el grueso de lo que trascendió de los procesos ini- ciales de la implantación española. Sin embargo, no se basaron en medida decisiva de la consulta de documentos. Más bien obraron conforme a las convicciones derivadas de sus experiencias personales y a la recopilación de vivencias de españoles en América, quienes les facilitaron informaciones orales. Ambos fueron excelentes observadores y pudieron obviar en buena medida los prejuicios que provenían de la inserción en un medio socio-cul- tural novedoso. Sus textos son referencia obligada de primera mano acerca de lo acontecido en la isla y en gran parte de los territorios españoles hasta mediados del siglo xvi . Lo anterior explica que de ellos hayan abrevado todos aquellos que se remontaron a historiar el origen del pueblo dominicano, quienes, en todo caso, utilizaron también otros cronistas que se basaron en los pioneros y cu- yas obras se popularizaron, particularmente Antonio de Herrera. 6 De todas maneras, cuando comenzó una historiografía nacional, ya las principales obras de Las Casas y Oviedo habían sido editadas. Hubo otros cronistas que incidieron en las miradas que con posterioridad se conformaron acerca de la conquista española. El primero fue Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, quien escribió una biografía de su padre en la que inserta textos de este y de otros autores. 7 Entre los materiales recopilados por Hernando Colón se encuentra la pri- mera crónica escrita en América, del monje fray Ramón Pané. 8 A diferencia de los dos grandes cronistas, Pané no persigue narrar lo acontecido durante

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