Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 67 P rolegómenos de la historiografía dominicana Para mediados del siglo xviii , tras décadas de paz en la isla, se hicieron patentes procesos de consolidación diferenciada del colectivo. La colonia sa- lió del marasmo que tipificó el siglo xvii y la población entró en una fase de crecimiento. Conforme a los determinantes de la esclavitud patriarcal vigente, se profundizó el proceso de integración de los conglomerados étnico-sociales. De tal manera, para mediados del siglo ya era generalizado un sentimiento de identidad compartida por oposición a los franceses de Saint Domingue y a los peninsulares europeos. Tal reconocimiento no comprendía a todos los habitantes de Santo Domingo en razón de las líneas formales de exclusión derivadas del racismo oficializado. Sin embargo, desde mediados del siglo xvi se abrió un proceso de mestizaje desconocido en las restantes colonias americanas, con excepción de las Antillas, sobre todo Puerto Rico. El hecho de que en el curso del siglo xviii se ratificase la mayoría mulata contribuyó a consolidar los sentimientos de pertenencia a una colectividad deslindada de la peninsular metropolitana. La noción de dominicano nació en tal contexto y, si bien lo hizo en el entorno de la clase superior, la fragilidad de las barreras de exclusión posibilitó que se fuera extendiendo. Acorde con estos cambios, comenzó a cambiar el panorama arriba visto de inexistencia de una conciencia localista plasmada en obras historiográficas. Como ya se ha enunciado, en la segunda mitad del xviii se compusieron los pri- meros tratados históricos. Tenían por propósito informar acerca de la evolu- ción del país, a diferencia de lo que había sido característico en los memoriales y las relaciones. Detrás de ellos subyacían preguntas acerca de la condición de los dominicanos. Los autores asumían una perspectiva personal y subjetiva, también distinta de la tónica burocrática de los anteriores textos. Se auxiliaron de fuentes variadas, como la observación geográfica, documentos familiares, registros de las instituciones coloniales, tratados históricos, comunicaciones orales, etc. Esta eclosión no fue ajena a procesos sociales que convergieron en un desarrollo de la vida cultural de la élite, lo que explica que las mayo- res expresiones culturales en la colonia se produjeran en sus postrimerías. 17 Aunque fuera de manera restringida, hizo aparición cierto espíritu de moder- nidad, a tono con la Ilustración en Europa, que se ajustó a la forma en que se manifestaba el despertar local. 18 Lo sustantivo fue la aparición de una actitud novedosa hacia el pasado. Se hacía presente el conocimiento histórico como tal. Se tomó conciencia inci- piente de la diferencia que caracterizaba el colectivo respecto a otros y de su
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