Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I
Historia general del pueblo dominicano 71 de su época: su ubicación de clase, enmarcada en el atraso de la colonia, lo hizo inaugurar tópicos que caracterizarían tiempo después la cosmovisión conservadora. En el centro de su empresa pretendió compatibilizar el impe- rativo del desarrollo esclavista con la exaltación de valores premodernos. Ni más ni menos, lo que perseguía no era sino perpetuar intactos los contenidos esenciales del ordenamiento colonial. De manera espontánea, en seguimiento del sentido común vigente en la clase superior, propugnó por una recupera- ción tradicionalista de los orígenes, como medio de cohesión y de valimiento de dignidad de los criollos como sujetos en condición de igualdad con los peninsulares. Su argumento central implicaba una operación elitista y exclu- yente, de rancio corte tradicionalista. No hay atisbos en él de acercamiento a las propuestas democráticas que, ya en su época, comenzaban a formularse en Europa y América. Como se ha visto, al hallar la dignidad de los domini- canos en su equivalencia con los españoles europeos, los postulaba con un estatus superior al de los colonos de la parte francesa, quienes habrían ya sido víctimas de pretendidos procesos degenerativos por su propensión a mezclarse con esclavas. Con tal perspectiva, como un componente decisivo de su argumentación, polemizó con historiadores ingleses y franceses que postulaban un estado de inferioridad consustancial de lo americano o detractaban la obra de España en América. Se infiere que no podía contemplar el tema de otra manera, ya que hallaba en lo español la quintaesencia constitutiva de la patria. Avanzó la propuesta de combinar las potencialidades del medio natural y las de los criollos. Para lo primero procedió a una descripción geográfi- ca, en clave de recuento de los recursos naturales. Al mismo tiempo, para fundamentar la capacidad de los lugareños de ser agentes de su porvenir, se remontó a los orígenes de la historia colonial y puso énfasis en los factores que llevaron al esplendor, luego a la decadencia y, por último, a una limitada recuperación. No siempre sus explicaciones se atuvieron a su inclinación racionalista. Acogió los sentimientos míticos de los medios superiores acer- ca de su estirpe. Pero, en lo fundamental, dirigió sus argumentos a explicar por qué la colonia salió del marasmo del siglo xvii , en símil práctico de su propuesta esclavista. Concedió la primacía explicativa a la nueva inserción en las relaciones económicas internacionales, gracias a la acción de corsarios locales y a las permisiones de libre comercio. De cara al futuro derivaba que, además de que se superaran las prohibiciones anacrónicas, se produjera una modificación de actitudes en las autoridades peninsulares, de forma que se despejaran los obstáculos legales y de mentalidades en que se sustentaban las prácticas de la atrasada esclavitud existente en Santo Domingo.
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