Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historiografía dominicana 76 Tales propuestas estaban engarzadas con la novedad que aparejaba la eclosión de una generación de intelectuales de vocación moderna. Acaso fue López deMedrano entre ellos el quemostrómayor propensión hacia la defensa de la democracia y la crítica del antiguo régimen. En la coyuntura de apertura de derechos ciudadanos al amparo de la reinstalación de la Constitución de Cádiz en 1820, abandonó toda cautela en la exposición de sus principios, alre- dedor de la fundación del Partido del Pueblo, primera formación política del país, de orientación claramente liberal, del cual fue uno de los abanderados. El texto filosófico de López de Medrano seguramente tuvo escasa reper- cusión. Debió servir como soporte de las cátedras del pensador, pero no dejó consecuencias inmediatas en un medio aquejado de convulsiones y miseria. Lo que denota sobre todo es la sensibilidad empírico-racional hacia la histo- ria, que no pudo plasmarse en productos, sino que quedó como parte de una tradición que no traspasaba la oralidad o textos ensayísticos o políticos de escasa elaboración académica. Primacía de autores extranjeros Textos como los de López de Medrano eran excepcionales y, como se ha mostrado, tenían una circulación escasa para no decir que incluso nula en varios casos. En medio de tal vacío correspondió casi con exclusividad a no domini- canos la exposición de hechos, con lo que se prolongaba una situación que provenía del siglo xviii . Desde inicios del siglo xix , en seguimiento de lo hecho por Walton, fueron autores ingleses los que tomaron la delantera de los recuentos, lo que constituía expresión del relevo británico, en el entorno del libre cambio, tras el desplazamiento de Francia como la potencia dominante. La casi tota- lidad de esos libros no se referían a Santo Domingo, sino a la isla, con énfasis fundamental en Haití. Bryan Edwards, un especialista en la historia de las West Indies, fue uno de los representantes más relevantes de esta corriente. Ya focalizados en Haití, sobresalieron los cónsules ingleses Charles McKenzie y Spencer St. John, 38 aunque hubo otros autores que se interesaron en mayor medida en Santo Domingo, como Lepelletier de Saint Rémy, quien perseguía legitimar los intereses estratégicos de Francia a raíz de la creación del Estado dominicano. 39 Tiempo después de la ocupación haitiana comenzaron a salir los tratados de los dos grandes talentos de la historiografía haitiana, Thomas Madiou y Beaubrun Ardouin. 40 En ambos se apunta a una reconstrucción general de la

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3