Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historia general del pueblo dominicano 81 tesis central que gobierna su indagatoria, no obstante, continúa ciertamente la senda de Sánchez Valverde, pues postula el carácter hispánico del pueblo dominicano, pero introduce como nota distintiva el signo desgraciado de la historia posterior al Tratado de Basilea. Lo anterior explica que el proceso del siglo xix fuera descrito de manera somera, atenido a los parámetros de un emigrado de convicción hispanista. Para él, en las décadas previas a la redacción de la obra, se había producido una desnaturalización de la esencia hispánica del pueblo. Prisionero de tal supuesto, no pudo entrever lo que tenía de novedoso el siglo xix e hizo que su Historia tuviera poca utilidad para quienes se acercaban a los procesos re- cientes. Lo que tipificó la situación del nuevo siglo, según su prisma, fue la guerra de razas , tornada en fantasma que seguía amenazando la supervivencia del colectivo dominicano. 50 Si bien en su texto no se acercó a la realidad pos- terior a la creación del Estado dominicano, coincidió con el programa de los conservadores de anexar el país a España, en definitiva el motivo político que subyacía en su elaboración. Estaba, por consiguiente, impedido de situarse dentro de una historiografía nacional. La obra solitaria de Morillas Otros emigrados de inicios del siglo xix se propusieron fijar atención al pasado de su lar nativo. Muchos de ellos tenían un estándar educativo rela- tivamente elevado, gracias al cual se distinguieron en las sociedades que los acogieron. El entorno favoreció que tuvieran cierta prestancia, sobre todo en las otras dos Antillas Mayores, situadas al margen de los procesos indepen- dentistas del continente. Por el desarrollo de la plantación azucarera, el medio cubano era particularmente adecuado para la reinserción de los emigrados, globalmente de orientación conservadora. Así pues, en esas décadas convulsas, el exterior fue el refugio obligado para casi todos los letrados, situación que acrecentaba la sensación de desa- rraigo. Finalmente, en un momento de inicio de la conciencia nacional, entre ellos tan solo se registraron los estudios históricos de Del Monte y Morillas. Dentro de los escasos letrados que tempranamente incursionaron en el estudio de la historia de la patria se destacó José María Morillas. Nacido en medio del caos de los primeros años del siglo, en 1824 emigró a Cuba con apenas veintiún años, suficientes para permitirle conservar el cordón umbi- lical. 51 También abogado exitoso en La Habana, Morillas dedicó los mayores esfuerzos durante décadas a compilar informaciones sobre el pasado de su tierra. Documentos de su archivo personal resultaron ser de importancia

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