Historia General del Pueblo Dominicano Tomo I

Historiografía dominicana 90 versión primera y abreviada de su Compendio, 66 señal de que durante los años anteriores venía acumulando informaciones. En efecto, García se dedicó a reunir documentos de colecciones privadas y a copiar otros en sus libretas de apuntes, que dieron lugar a un material asaz valioso, puesto que muchos de los originales se perdieron. 67 Asimismo se dedicó a indagar acerca de acontecimientos mediante entrevistas a participantes o relacionados, parte de cuyo material también dejó plasmado en las libretas de apuntes. Parece que fueron pocos los documentos recuperados provenientes del periodo co- lonial, si se juzga por el índice del fondo del Archivo General de la Nación. Los primeros conjuntos de interés parten de las dos décadas iniciales del siglo xix . Hacia 1860, cuando debió comenzar sus investigaciones, ya era tarde para averiguar por vía oral sobre lo acontecido antes de 1790. Estos determinantes explican el perfil de la versión final de su síntesis. 68 De los cuatro tomos solo el primero está dedicado a la colonia. Su contenido revela el todavía escaso nivel de conocimiento, limitado a noticias superficiales de hechos de guerra o situaciones políticas vinculadas a cambios de goberna- dores. El verdadero interés del Compendio comienza con los acontecimientos que estremecieron el país desde finales del siglo xviii . No se trata únicamente que en esta delimitación temática y cronológica tuviera mayor acceso a las informaciones, sino que era el momento a partir del cual comenzaba un pro- ceso de luchas por la autodeterminación. Su recorrido se puede leer a través de un hilo conductor: el avance de las condiciones para la maduración de la conciencia nacional. Esto también explica que la narración ganara intensidad a partir de la proclamación del Estado dominicano en 1844. Los dos últimos tomos están dedicados a un periodo de apenas unos treinta años, que enfocó con prisma de contemporáneo. Estos procesos quedaban matizados por la función de enjuiciamiento moral que se auto-atribuyó como propia al historiador que le otorgaba razón de ser. García alaba los esfuerzos de los liberales, al tiempo que condena las manifestaciones de anexionismo o cualquier otra divergente de lo que consi- deraba el único posible ideal nacional. Le tenía sin cuidado que ese debate se llevaba a cabo con exclusividad dentro de los sectores superiores y medios. Dado tal interés por el ámbito del poder, la narrativa quedó circunscrita a la esfera política convencional. Solo de manera aleatoria incluyó otros temas, por haber tenido acceso a documentos que se referían a ellos. Como síntesis político- militar-diplomática, su narrativa quedaba confinada a los sectores superiores y, dentro de ellos, a los individuos capaces de marcar giros o tendencias. No se preocupó, en consecuencia, por indagar acerca de las acciones del pueblo pobre en los procesos. Con claridad expresa, visualizaba a este sector

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